Gracias a mi considerable experiencia, he podido notar que la mayoría de las veces en las que nos fijamos en alguna persona de forma amorosa, es decir, cuando nos atrae alguien, ya sea del mismo sexo o de lo que creemos más común, del sexo opuesto, éste individuo está emocionalmente “ocupado”, digámoslo mejor, no esta disponible, pero ¿Por qué?
¿Será que nos atraen esos pequeños imposibles?
¿O que nos sentimos atraídos al juego de un reto?
Tal vez a los individuos como yo, locos, raros, inusuales, nos encantan los retos y hacemos a esta persona más atractiva hacia nuestros sentidos, nos gusta lo que nos da pelea, confundir sus emociones, reconsiderar sus sentimientos; aunque claro, no siempre lo logramos.
Y cuando lo hacemos, ¿También nos da satisfacción la desgracia que le causamos a la contraparte de este contrato social llamado “relación-noviazgo”?, Disfrutamos también el hecho de ganar? O de hacer perder al contrincante en turno?. Para muchos lo anterior es básicamente lo mismo, pero es muy diferente, algo así como lo del vaso medio lleno o medio vacío, personalmente lo dejaría en medio.
Ahora bien, nos hemos saltado la parte más excitante del asunto, el proceso, las técnicas, los beneficios y esas horrorosas contras.
En el momento en que sabemos que el objetivo (léase persona que nos atrae) tiene pareja nos empezamos a fijar mas en él o ella, según el caso, y emprendemos la lucha, la conquista, el juego, todo lo necesario para obtener eso que en ese instante nos atrae.
No importa que clase de baratijas se utilicen para lograr este objetivo o si salimos algo lastimados (en el caso de las mujeres) porque la pareja te dijo fríamente que te ve a la hora de salida y bueno, los hombres tienden a golpearse mas salvajemente cuando se trata de defender su orgullo o/y posesiones. En fin, ahora la pregunta del millón, “¿POR QUÉ ES TAN MAL VISTO ESTO?”
R1: porque la sociedad cree ciegamente en la monogamia
R2: porque es un ataque para el honor y orgullo del hombre (hablando como ser humando) el simple hecho de combatir por una mujer/hombre, ya que se perdería el sentido del valor humanitario [¿?¿?¿]
R3: porque actualmente se tiene una mentalidad muy cerrada, la cual no nos deja ver claramente el panorama completo, somos muy posesivos, le tememos a la realidad quedándonos en con el concepto de la mentira blanca. (Ej. “te quiero” – dos años después – “te amo”- un mes después- “te amo” [en realidad se llega a un momento en el cual ya no se siente amor por la pareja pero el tiempo lo tiene encadenado a seguir repitiendo estas palabras para evitar herir a la otra persona])
Esto último nos lleva a otra pregunta ¿LE TENEMOS MIEDO A LA INFIDELIDAD o A HERIR?
Supongamos que es únicamente a la infidelidad, le tenemos miedo al caso supuesto de que tengamos pareja, llegue alguien que llame nuestra atención, dejemos nuestra actual relación y esta persona nos sea infiel al fijarse en otra persona que llegue del mismo modo que ésta; Este miedo es muy común, el miedo de perder algo, de no tener una relación estable y es perfectamente entendible, es un riesgo, una consecuencia posible al acto que se efectúa, obviamente no podría aplicarse a TODOS los casos ya que cada relación tiene sus variantes, ahora bien sí, existe ese riesgo, todo por eso ¿se va dejar la oportunidad de encontrar el “verdadero amor”?, ¿Se tiene que seguir mintiendo a la otra persona al decirle que se tienen sentimientos que hace tiempo dejaron de existir?,
Si la respuesta es “SÍ” tengo que preguntar algo más... ¿ES MEJOR MENTIR O DECIR LA VERDAD?” porque según mis padres me han dicho que mentir es malo, la biblia lo dice, casi todos lo dicen, pero el decirlo no quiere decir que no seamos unos mentirosos, mentimos todo el tiempo con la llamada “mentira blanca” que para mi es lo mismo que ser hipócrita, mentimos al decirle a alguien que su atuendo le queda, cuando le decimos a nuestros padres que iremos al cine con nuestros amigos mientras vamos a fiestas a beber, cuando los padres dicen que los bebés vienen de las cigüeñas, cuando le dices a la persona que más odias que no lo odias y le sonríes, etc., Como estos ejemplos hay miles, tantos que no nos son indiferentes, tal vez algunos sí, pero me atrevería a decir que todos mentimos y todo ¿para qué?, para no herir a las personas?, entonces el concepto de mentir no sería malo o ¿sí?
Con este tema se entra en un pequeño gran dilema moral, la verdad duele, pero es la verdad. Cambiar una mentira a cambio de una verdad que hiere no parece ser la mejor opción pero es cuestión de enfoques, si las personas tuviéramos una mentalidad más abierta en cuanto a soportar que nos digan la verdad, a mi parecer, muchas cosas a nivel sentimental serían más simples.
Como siempre lo dejo a su criterio con una última pregunta, ¿QUÉ HARÍAS SI NO TUVIERAS MIEDO?
